lunes, octubre 04, 2004

TRABAJO PARLAMENTARIO Y VOTACIONES - versión final


Diputados en la Mira

Si el mediático Guido Girardi del PPD o el “duro” de la UDI, Pablo Longueira, fueran escolares, serían los “porros” del colegio.
Ambos diputados están calificados en el grupo de más bajo rendimiento, con cinco y seis iniciativas legislativas en un período de cuatro años, respectivamente. Si tomamos en cuenta, además, que ambos dirigentes políticos poseen una alta votación en sus distritos, algo pasa con el electorado que no está considerando al momento de votar, la principal labor parlamentaria: la creación de leyes.
Gracias a una investigación, realizada por estudiantes de periodismo de Uniacc, que buscaba dilucidar si el resultado electoral de los diputados, es decir los votos, tenían relación con el trabajo legislativo, se obtuvo reveladores datos al “cruzar” el registro de iniciativas legislativas con origen en la Cámara de Diputados entre los años 1998 y 2002 y los resultados de votación de la elección 2001, entre aquellos diputados reelectos.
Todo lo anterior con el fin de obtener una base cuantitativa para el análisis.
El rol y trabajo parlamentario siempre está rodeado de críticas. Es así como en las encuestas de credibilidad la opinión pública los evalúa con la más baja puntuación, sin marcar diferencias entre izquierdas y derechas, entre Concertación o Alianza o entre diputados o diputadas. Hace algún tiempo se publicó en extenso, en medios de prensa nacionales, el porcentaje de asistencia de los honorables. Muchas fueron las sorpresas al descubrir que distinguidos parlamentarios eran permanentes ausentes del hemiciclo porteño.

Con esta nueva investigación periodística, se revela una novedosa arista de la labor parlamentaria. Al parecer aquellos parlamentarios que “brillán” frente a las luces de las cámaras, no siempre son los trabajólicos que parecen, por lo menos en lo que se refiere a la tarea legislativa.

El ranking
A partir de los datos de la investigación, y como si fueran escolares en examen, clasificamos a los honorables en un ranking legislativo-electoral.

Los diputados “mateos”, esos que se destacan frente a sus pares, tienen en promedio treinta iniciativas legislativas patrocinadas para un período de cuatro años. En este selecto grupo encontramos a las diputadas Adriana Muñoz y Laura Soto del Partido por la Democracia, al socialista Carlos Montes, al demócratacristiano Waldo Mora y al gremialista Jorge Ulloa.

En el caso de la diputada Laura Soto, que con treinta y tres iniciativas, es la más productiva de la Cámara, tras cuatro años de gestión en el Congreso, obtiene sólo un 26.53 % de los votos de su distrito, Valparaíso, situándose bajo la media electoral nacional que se eleva al 30 %. No es el caso de Adriana Muñoz o Carlos Montes, parlamentarios que con ventiocho iniciativas legislativas, obtienen votaciones que bordean el 40 y 45 % respectivamente.
En el otro extremo del “ranking”, se encuentran los diputados “porros”, los menos aplicados. El que “lidera” a este grupo, es el diputado radical Samuel Venegas, quien durante cuatro años sólo patrocinó dos iniciativas parlamentarias. Aquí también encontramos a reconocidos parlamentarios. A los ya citados Guido Girardi del PPD y Pablo Longueira de la UDI, se suman el actual Presidente de la Cámara, el DC Pablo Lorenzini, Darío Paya de la UDI, Felipe Letelier del PPD, y la gremialista Rosa González, entre otros.

En este grupo los parlamentarios no sobrepasan las nueve iniciativas, en cuatro años de ejercicio del cargo. Entre los diputados de baja productividad que fueron a la reelección en diciembre de 2001, destaca el citado Samuel Venegas, quién paradójicamente, con dos iniciativas patrocinadas, obtiene prácticamente la misma votación, un 26,49 % de los sufragios, que su colega porteña Laura Soto, que se sitúa al tope, con treinta y tres proyectos y una votación de 26.53 %.

Por su parte el diputado Pablo Lorenzini, obtiene una buena votación con un 32,39 %, a diferencia de Rosa González, la conocida Rosa de Arica, que sólo alcanza un 15.18 % de las preferencias ariqueñas. Es decir a igual trabajo legislativo, dispar resultado electoral en su reelección.

En la medianía de la “tabla”, como esos escolares que se conforman con una nota cinco, están el grueso de los honorables. Son aquellos que no sobresalen, manteniendo un trabajo legislativo modesto. En esta “zona” encontramos dos grupos: uno que se sitúa entre los diecinueve y veintiséis proyectos en el período y otro, menos aplicado, que presenta de diez a diecisiete proyectos en los cuatro años.
En el tope del primer grupo, se encuentran los diputados Guillermo Ceroni del PPD, Arturo Longton y Lily Pérez de Renovación Nacional, Juan Bustos del PS y el DC Zarko Luksic, con un promedio de veinticinco proyectos. Electoralmente estos parlamentarios rondan el 30 % de adhesión, a excepción de Lily Pérez que alcanza un 36.71 de los votos en su distrito de La Florida.

En el segundo grupo, de menor “rendimiento” legislativo, encontramos a los Gremialistas Patricio Melero, y Julio Dittborn, a los DC Carlos Olivares y Rodolfo Seguel y a la socialista Isabel Allende, quienes registran entre diez y doce proyectos en el período. Paradojalmente estos diputados, a excepción de Carlos Olivares y Rodolfo Seguel que obtienen un 6.48% y un 27.01 % de adhesión, respectivamente, alcanzan altas votaciones, promediando un 40 % de votación.

De acuerdo a las cifras recopiladas y contrastas, no se da una tendencia clara, en cuanto a la relación de la votación obtenida, versus la productividad legislativa. Las frías cifras electorales y por ende los electores, al parecer no consideran el trabajo en la Cámara como un referente al momento de sufragar.

Para tomar en cuenta
Si bien los diputados tienen como principal función constitucional el legislar, también desarrollan otras actividades propias de su cargo. Muchos parlamentarios privilegian la fiscalización o el trabajo distrital en sus regiones de origen, es así como muchos de ellos desarrollan labores asistenciales y de apoyo a las organizaciones sociales, como también de fiscalización. Si bien no es el rol constitucional para el cual supuestamente fueron electos, les aporta mayores dividendos, reconocimiento ciudadano y electoral, ya que estas funciones extra legislativas son más “mediáticas” y cercanas a la gente común, y por lo tanto más tangibles que la generación de leyes.
Asimismo, los parlamentarios desarrollan trabajos en diversas comisiones de la Cámara, responsabilidad que les demanda tiempo y que está directamente relacionada con la generación de las iniciativas legales, ya que es allí donde se estudian, discuten y modifican las propuestas originales, ya sea que tengan origen en la Cámara, el Senado o el Ejecutivo.

Un dato importante a tener en cuenta, es que, si un parlamentario aparece en la lista de los autores de una Ley, no significa necesariamente que trabajó en la redacción de la misma, en algunos casos sólo ponen la firma de patrocinio.Sin embargo, no es irrelevante el tener en cuenta que tan “legislador” es nuestro representante parlamentario, sobre todo cuando algunos diputados ni siquiera se molestan en “poner la firma”.
Así que ya lo sabe, a la hora de votar, mejor averigüe que tan “porro” es su parlamentario, y contrástelo con su trabajo local. Siempre es mejor saber a quién le vamos a depositar nuestra confianza.

Luis Alberto Duarte
Cristián Vera G.

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